La crónica - Jornada 8

Pachuca 1 (Fray Gerundio de Campazas)
Argentinos Jrs 2 (Pepe, Miki)


Clásico maristero entre dos equipos que se conocen y desean. Ritmo trabado y denso para una tarde de sábado con sabor otoñal y luz mezquina de 25 vatios. El liderazgo en solitario llega al fin para alegría de todos y deconciertos de anónimos. La stagione dell'amore, quanto durerà?


17:50 hora local huertana. La llegada de la Little Argentina al coliseo mariano está llena de estupor. La noche prácticamente cae sobre Las Murcias y no hay ni un solo foco encendido en las pistas. Si no fuera porque la plantilla ha pasado (y ha pagado) sus años locos entre esos muros pensaría que algo ha ocurrido. Sin embargo, nada más allá del clásico plan de ahorro Champagnat sucede esa tarde. Los partidos anteriores apuran sus carreras en la penumbra crepuscular y solo falta un medrugo de pan, un perro y al balón, un cascabel.
De pronto destellean las luces de los primeros focos. Los poderosos rayos de los lampiones llegan al piso resbaladizo en el que nos hemos ido dejando los años. El resultado es casi el mismo, pues parece que las bombillas que nos iluminan apenas alcanzan los 25 watt. Eso sí, el ambiente trae un olvidado sabor a uno mismo, a noche de veinticuatrohoras, a salón del abuelo, en defintiva, a antiguo.
Todo esto poco importab a los héroes albicelestes, quienes calentaban vagamente antes del inicio del partido. El encuentro era complicado, porque no se nunca hizo un buen juego ante Pachuca y porque ya iba tocando otra derrota... Solo seis jugadores contra la plantilla completa del otro equipo. Parecía difícil.
El partido sucedió con control por parte de los ex-mandarinos, sin embargo les faltaba definición, puntería. La cosa cambió cuando Pepe sacó máximo rendimiento al área (l*l) de una de las losas de la pista. Con la cintura (parece mentira, todavía) dejó a dos adversarios leyendo la Critica a la Razón Pura, y tras un golpeo punterero batió al meta pachuquero. Uno a cero, la sensación de que al fin esto se abría y de que la cita podía ser la gran noche del cinco argentino: pues NO. Tras el gol se fallaron dos ocasiones clarísimas de cerrar el partido, y el juego del hasta entonces único goleador, se fue diluyendo en la fantasía de como contaría después su gesta. Edu, tampoco se encontraba cómodo y no ofrecía sus acostumbradas soluciones.

En la segunda parte, Pachuca tomó la iniciativa y plantó más presión al equipo argentino. Así llegó el gol. Un disparo que salió aproximadamente desde Algezares y que Petoti no pudo detener. Empate y la sensación de que Argentina se hundía. Sin embargo hay algo que está caracterizando la temporada, y es cierta templanza. A excepción del bueno y pequeño Donfick, quien protagonizó arranques contra todo el equipo contrario, como si se tratara del último de los 300, ante la atónita mirada de sus compañeros, quienes parecían estar viendo realmente "Casi 300". De esta forma, y a pesar de las heroicidades tragicómicas, llegó Miki, jugador probablemente del mes, y estableció el 2-1 tras un disparo lejano que tras detener en primera estancia Alberto, entró lento y doliente, como el puñal de hermano que traiciona.
El final del partido transcurrió con nerviosismo y muchas quejas al arbitro. Así, faltas, insultos, frivolidades marca Hernández, poca solidaridad en el cambio por parte de algunos, se sucedieron hasta que en el último segundo, Pepe levantó en peso a un jugador de Pachuca, acabando con la última jugada del encuentro y con las esperanzas del empate.



Notas con Hilaridad

Petoti: 1. Tuvo poco y lo que tuvo ni lo vió. Ha tenido partidos mejores
Edu: 1. Queremos más de un superclase. Este chico está obligado a marcar.
Pepe 1. Aunque marcó luego no definió como se espera de alguien capaza de cosas como las del primer gol.
Miki 3. Este chico lleva unas cuantas jornadas rozando la perfección: priemr toque, buena salida de balón, defensa perfecta, y ahora, gol.
Lenti 1. Lesionado. Se le agradece el esfuerzo y el compromiso, pero no estuvo como nos acostumbra. El equipo lo notó.
Donfick 1. Protagonizó jugadas en solitario propias de sketchs de Monthy Pyton. Además debe mirar más el segundo palo y no buscar su gol en el casillero. Lo mejor, su comentario a la plana mayor pachuquera, que descansaba en un banco tras el partido: -"Venga chabales, la próxima vez..."-.
Monty 0. Por ser cazado en un bar, gin tonic en mano, tras decir que no asistía para así brindar su apoyo al Real Murcia. Le necesitamos. Vuelve.




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